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martes, 19 de agosto de 2025

Un Inesperado Cambio en el Daily Planet


 


Clark Kent había regresado de su habitual "pausa para el café", una carrera a la velocidad de la luz por la ciudad como Superman para detener un robo a un banco al mediodía. Nada del otro mundo: unos delincuentes con tecnología robada y un exceso de confianza. Tras entregarlos a las autoridades y regresar a su escritorio en el Daily Planet, se abotonó la camisa, se ajustó las gafas y retomó su papel de reportero discreto.

Hoy no había habido invasión alienígena ni erupciones volcánicas; solo el suave y rítmico repiqueteo de las teclas. Clark se inclinó sobre su monitor, decidido a hacer periodismo de verdad. Al otro lado de la sala, su novia, Lois Lane, la reportera estrella del Planet, estaba absorta en una llamada telefónica. Por su parte, Cat Grant, la columnista de entretenimiento, paseaba con un café en una mano y una actitud en la otra, su cabello rubio y sus tacones resonando contra el suelo.

Justo entonces, una voz interrumpió la tranquila tarde.

"¿Señor Kent? Un paquete para usted".

Clark levantó la vista. Un repartidor, con gafas de sol y una postura extraña, se acercaba a su escritorio. Algo no encajaba. Clark extendió la mano, pero no tomó la caja de inmediato. Sus ojos brillaron sutilmente detrás de sus gafas mientras su visión de rayos X escaneaba el paquete. Era una esfera metálica, suave y sin cableado ni explosivos. Parecía inofensiva, pero con una deliberación inquietante. ¿Un dispositivo EMP? ¿Tecnología alienígena? ¿La última broma de Lex Luthor? Clark decidió no arriesgarse y, aflojando su agarre, dejó caer el paquete.

En el instante en que tocó el suelo, una explosión de luz blanca cegadora recorrió la oficina.

Clark activó sus poderes instintivamente, listo para la acción. Pero algo andaba mal. No podía moverse. Su cuerpo se sentía inestable, ligero, suave. Extrañamente... acolchado.

Parpadeó. Ya no estaba en su escritorio. Estaba sentado en otro lugar, con las piernas cruzadas. Algo rebotó contra su pecho y volvió a sacudirse al moverse.

Se llevó las manos a su torso y se quedó boquiabierto. Se aferraba a un par de pechos escandalosamente grandes, embutidos en un ajustado vestido marrón de raya diplomática. Una larga cabellera rubia platino le rozaba las mejillas. Sus dedos temblaban, sus uñas, de un rojo brillante. Se tambaleó hacia una pared de cristal y se miró.

Allí estaba ella: un maquillaje impecable, tacones de aguja, un conjunto exagerado y glamuroso. Él, Clark Kent, Superman, había sido transformado en la columnista de chismes más dramática de Metrópolis: Cat Grant.

"¡¿Qué... qué está pasando?!"

Su voz salió aguda, entrecortada y llena de pánico, como si fuera una mala imitación de una estrella de telerrealidad. Al ponerse de pie, la situación empeoró. Sus caderas se balancearon, su pecho rebotó, y cada movimiento parecía una escena en cámara lenta de una película cómica. Intentó estabilizarse, con las manos apretadas torpemente contra su nuevo y amplio pecho, pero era como tratar de controlar a dos cachorritos excitados.

Al otro lado de la habitación, vio a Lois, paralizada y con los ojos como platos.

Jimmy Olsen se quedó boquiabierto.

Y no muy lejos de él, Cat Grant, en el cuerpo original de Clark, se agarraba su pecho, ahora masculino, con una expresión de diversión.

Y así, sin más, la sala de redacción se sumió en un caos absoluto. El "gran cambio" había llegado al Daily Planet, y los héroes y villanos de Metrópolis jamás serían los mismos.


El caos en la sala de redacción fue absoluto, pero la verdadera tormenta se desataba en la mente de Clark Kent. Atrapado en el cuerpo de Cat Grant, la desesperación se apoderó de él. Intentó hablar con Lois, de suplicarle que lo escuchara. “¡Lois, soy yo, Clark! ¡Algo terrible ha pasado! ¡Esto es obra de Mxyzptlk, estoy seguro!” Su voz aguda, con un acento que no era el suyo, sonaba a puro pánico, pero sus palabras cayeron en oídos sordos. Lois, aturdida, solo veía a Cat Grant con un ataque de histeria, agarrándose el pecho y balbuceando incoherencias sobre su novio. La Cat Grant que ella conocía era cínica y dramática, pero esto era demasiado, y lo achacó a la conmoción.

Mientras tanto, Cat Grant, en el cuerpo de Clark, estaba más que encantada. Se miró las manos, las fuertes y masculinas manos de Clark Kent, y luego su pecho plano, pero con los músculos firmes de Superman. Una sonrisa malvada se extendió por su rostro. Con los recuerdos de Clark disponibles en su mente, supo exactamente lo que había sucedido y el potencial que tenía en sus manos. Podía volar, tenía visión de rayos X, era invencible. Para ella, esto no era una maldición; era un premio.

Esa tarde, las cosas se fueron al infierno. Clark intentó por todos los medios convencer a sus colegas. Se acercó a Lois, suplicando. "¡Sé nuestros secretos! ¡Sé que eres la única que puede descubrir la verdad!" Pero cada vez que intentaba dar una pista, el cuerpo de Cat respondía con sus propios tics y ademanes, haciendo que sus palabras sonaran falsas. Lois lo miraba con una mezcla de lástima y preocupación, pensando que la columnista se había vuelto loca. Un rumor de que "Cat Grant tuvo una crisis mental en el trabajo" empezó a circular por la sala.

Cat, por su parte, aprovechó la confusión. Con los recuerdos de Clark, sabía cómo actuar. Se puso de pie, ajustándose las gafas de Clark con una naturalidad alarmante. "Tranquilos todos, no pasa nada. La estresante vida de Cat Grant a veces es demasiado para ella", dijo, su voz, ahora la de Clark, sonando calmada y segura. Se retiró a su escritorio, sonriendo para sí misma. Sabía que con los recuerdos de Superman, podía hacerse pasar por él sin problema. Nadie le creería a la nueva Cat, una mujer que balbuceaba sobre ser Clark Kent, y esa era su mejor arma.


Los días se convirtieron en semanas, y la farsa se consolidó. Clark, en el cuerpo de Cat, vivía en un infierno de desesperación. No podía usar sus poderes. Intentó la supervelocidad, pero el cuerpo de Cat solo se movía con torpeza. Intentó la visión de rayos X, pero solo le daban jaquecas. Se sentía impotente, un simple mortal atrapado en un cuerpo que no era el suyo, y en un mundo en el que su voz de héroe no tenía cabida. Lois, su única esperanza, se había resignado. Pensaba que Cat estaba sufriendo un colapso nervioso y la visitaba para consolarla, sin saber que el hombre que amaba estaba atrapado en el cuerpo de la mujer que odiaba.

Cat, en el cuerpo de Clark, estaba viviendo su mejor vida. Disfrutaba cada instante de sus nuevos poderes. En sus "pausas para el café", no se dedicaba a salvar el mundo, sino a volar por el espacio, a disfrutar de la sensación de velocidad, a ver con sus propios ojos la majestuosidad del universo. Para ella, el heroísmo era un trabajo, pero los poderes eran un juguete. Empezó a desentenderse de las responsabilidades de Superman, dejando que otros héroes se encargaran de los problemas menores. Su enfoque estaba en disfrutar.

Una noche, en una "cita" con Lois, Cat, en el cuerpo de Clark, la miró con una frialdad que no era propia del verdadero Clark Kent. "Lois," dijo, su voz, la de Clark, sonando distante, "no podemos seguir con esto. La verdad es que no estoy seguro de lo que quiero. Mi vida es demasiado complicada para tenerte como un estorbo". Lois, con el corazón roto, se quedó muda. No entendía qué le pasaba a Clark. Se había vuelto distante, arrogante, casi como si fuera otra persona. La Cat Grant que Lois conocía la había advertido de un cambio, pero pensó que era la locura de la columnista. Cat sonrió para sí misma. Lois era una complicación, un obstáculo para su nueva libertad, y la había cortado sin remordimientos.

Clark, en el cuerpo de Cat, se enteró de la noticia por Jimmy Olsen. El dolor fue insoportable. Su amor, su compañera, lo había dejado. Pero lo peor era que no podía hacer nada. Nadie le creía. Estaba atrapado en el cuerpo de Cat, en la vida de Cat, y el mundo que conocía se desvanecía ante sus ojos.

El final trágico fue la resignación. Clark Kent, el héroe más grande de la Tierra, se rindió. Se convirtió en la columnista de chismes que odiaba, en la mujer que nunca quiso ser. Su desesperación se transformó en una apatía fría, y sus ojos, una vez llenos de heroísmo, se volvieron vacíos. El mundo seguía teniendo a Superman, pero era un Superman falso, un Superman que volaba por diversión y que se desentendía de sus responsabilidades. Y en algún lugar del Daily Planet, la verdadera Cat Grant se burlaba del "desorden emocional" de Clark, sin saber que el alma del verdadero héroe se había desvanecido para siempre en el cuerpo de la mujer que la había amado.

Epílogo: El Detective entre la Farsa

Mientras el mundo se rendía ante el "nuevo Superman", más arrogante y desinteresado de lo habitual, una sombra vigilaba desde la oscuridad. Bruce Wayne, el Caballero Oscuro de Gotham, había notado los cambios. Al principio, los achacó a la fatiga o al estrés de la vida de Clark, pero pronto las discrepancias se volvieron demasiado evidentes.

El lenguaje corporal. Superman siempre había sido un héroe de movimientos firmes, pero ahora, en los raros momentos en que se dignaba a aparecer en público, sus gestos eran más teatrales, sus poses más estudiadas, casi como si estuviera actuando para una audiencia. Bruce analizó los registros de sus apariciones. Notó que el nuevo Superman evitaba los encuentros directos con sus colegas de la Liga de la Justicia, y que sus estrategias de combate, aunque eficaces, carecían de la astucia y la compasión que caracterizaban al verdadero Clark. El Superman que conocía habría salvado a la última persona del edificio, incluso si eso significaba un riesgo extra; este nuevo Superman se contentaba con detener la catástrofe y se marchaba, como si el sufrimiento individual no fuera de su incumbencia.

Una noche, Bruce observó a Cat Grant, la columnista del Daily Planet, a través de sus cámaras de seguridad. La vio sentada sola en una cafetería, con la mirada perdida en un punto lejano. Sus movimientos eran torpes, su postura encorvada, y sus ojos, una vez llenos de un cinismo alegre, estaban vacíos, llenos de una profunda melancolía. Bruce analizó sus patrones de habla, su forma de interactuar. Había un cambio fundamental. La Cat que él veía en las noticias era una Cat en la cima del mundo; la Cat que él veía en la cafetería era una sombra, un fantasma.

En la Baticueva, Bruce se sentó frente a sus monitores, uniendo las piezas del rompecabezas. La nueva actitud de Superman, el repentino "colapso" de Cat Grant... una conexión surgió en su mente. Era una teoría descabellada, pero era la única que tenía sentido. La forma de andar, de hablar, la manera de mirar el mundo... La nueva Cat Grant, con su torpeza y su melancolía, se movía como un hombre que había perdido su poder. Y el nuevo Superman se movía como una mujer que estaba saboreando la libertad.

Bruce encendió la Bat-señal que tenia en Metropolis. Sabía que no podía enfrentarse a Superman solo, pero también sabía que no podía permitir que este impostor siguiera actuando como el héroe de Metrópolis. El futuro de la ciudad dependía de su intuición.

¿Continuará...?

En las calles oscuras de Metrópolis, la Bat-señal iluminaba el cielo nocturno. Cat, en el cuerpo de Superman, la vio desde lo alto de un rascacielos. Una sonrisa arrogante se extendió por su rostro, sin saber que el hombre que había arruinado su vida estaba a punto de convertirse en su mayor problema. Y en una cafetería solitaria, Cat, en el cuerpo de Clark, vio la misma señal. Una lágrima silenciosa rodó por su mejilla. Una chispa de esperanza, el primer rayo de luz en su oscuridad, se había encendido.

FIN
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8 comentarios:

  1. Muy buena historia, y con potencial de para expandir

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  2. Wow! Estoy impresionado y sorprendí de ver obras mias en tú blog. Siéntete libre de usarlas cuando quieras, me gusta ver la expansiones o cambios que le haces a la historia. Hay alguna otra idea que te gustaría ver realizada? O tienes algún plan para otras?

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    1. me hubiera gustado que te identificarás pues como Anónimo no me da chance a darte créditos, yo saque estas imágenes de una pagina de AISwapSlop en Deviantart, y si pienso usar alguna mas, pues me gustan y hacer mas extenso el concepto, ojala te identifiques para poder seguirte y si quieres platicar

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    2. Disculpá, no tengo una cuenta para hablar por aquí. Sin embargo puedes contactarme en deviant art en la cuenta ya mencionada si asi lo deseas. Es mia y me alagaron tus extensiones e ideas.

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  3. Supongo que el cuerpo emocional de Cat no le permitio a Clark pensar en pedir ayuda al mejor detective del mundo!

    Muy buena histora!!!

    Siento que has mejorado de alguna manera!

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