¡EL PLAN MAESTRO DE CHARMCASTER FALLÓ! Ben y Gwen: ¡Un Día en el Cuerpo Equivocado! 🤯😂💥
El Duelo Inesperado y el Error Mágico
Era una tarde soleada después de clases en Bellwood. Ben y Gwen Tennyson caminaban discutiendo, como de costumbre, mientras regresaban a sus respectivas casas. La tranquilidad se rompió cuando una figura familiar surgió de la nada: Charmcaster.
"¡Tennyson! ¡Por fin!", gritó Charmcaster, sus ojos brillando con una determinación siniestra. "¡El Omnitrix será mío! Y tengo el hechizo perfecto para lograrlo."
Un orbe de energía púrpura comenzó a formarse en sus manos, pulsando con magia oscura. Ben, siempre impulsivo, se lanzó hacia ella. "¡No te saldrás con la tuya, Charmcaster!"
Pero Gwen, más analítica, vio la trayectoria del hechizo y su objetivo real. "¡Ben, no! ¡Quiere el Omnitrix, quiere tu cuerpo!", gritó, y en un acto reflejo, lo empujó fuera del camino justo cuando Charmcaster liberaba la magia. El hechizo, desviado por el empujón de Gwen, impactó de lleno en ambos primos.
Una luz cegadora lo cubrió todo. Cuando la neblina se disipó, Charmcaster los miró, con el ceño fruncido. El Omnitrix seguía en la muñeca del chico, pero... ¡esa no era la mirada de Ben! Y la chica que estaba a su lado tenía la expresión de terror del portador del Omnitrix. "¡No! ¡Imposible! ¡Se intercambiaron entre ustedes! ¡Mi hechizo falló por tu culpa, Tennyson!", gritó Charmcaster, con rabia, antes de desaparecer en una nube de humo, prometiendo regresar.
¡El Shock del Intercambio!
Ben, ahora en el cuerpo de Gwen, se tocó el rostro con manos más pequeñas y delicadas. "¡¿Gwen?! ¡Soy tú! ¡No puede ser!" Miró sus nuevas manos y luego a su primo, que ahora tenía su rostro. "¡Y tú eres yo! ¡Esto es lo peor que me ha pasado! ¿Qué vamos a hacer?"
Gwen, en el cuerpo de Ben, se sintió una náusea. Se miró las manos más grandes, el pantalón corto y la camiseta de Ben. Se tocó el pecho plano. "¡Ben! ¡Cálmate! ¡Esto es terrible! Charmcaster quería tu cuerpo para el Omnitrix, y ahora... ¡estoy atrapada en él! ¡Y tú estás en el mío!" Su rostro reflejaba una mezcla de terror y frustración. "Tenemos que... tenemos que fingir que todo está bien. Mañana hay escuela. ¡No podemos dejar que nadie sospeche!"
Ben asintió a regañadientes. "Sí, sí, supongo. Pero esto es... ¡rarísimo!"
El Horror de los Cuartos Ajenos
Llegar a casa fue la primera gran prueba.
Ben en el cuerpo de Gwen: Caminó por el pasillo hacia el cuarto de Gwen, preparándose mentalmente. Abrió la puerta y sus ojos se abrieron como platos. Las paredes pintadas en tonos pastel, peluches ordenados en la cama, estanterías llenas de libros de estudio y novelas de fantasía, un escritorio impecable con sus materiales perfectamente alineados. "¡Santo cielo! ¡Esto es... tan ordenado! ¡Y tan rosa! ¿Gwen realmente vive aquí? ¡Parece la habitación de una princesa!", murmuró con genuino horror, casi tropezando con una alfombra suave y esponjosa.
Gwen en el cuerpo de Ben: Entró al cuarto de Ben, ya con una sensación de aprensión. Al abrir la puerta, suspiró de alivio. "Bueno, al menos no está sucio, su mamá nunca lo permitiría", pensó. Pero el alivio duró poco. La cama deshecha con las sábanas por el suelo, cómics por todas partes, ropa tirada en una silla, un control de videojuego abandonado en el suelo, y un olor persistente a... ¡chili fries! "¡Increíble! ¡Este es el caos de Ben en estado puro! ¡Ni un solo libro, solo videojuegos y basura!", exclamó para sí misma, sintiendo una punzada de frustración por el desorden tolerable pero omnipresente.
La Pesadilla de la Ropa de Dormir
La noche llegó, trayendo consigo el siguiente nivel de incomodidad.
Ben en el cuerpo de Gwen: Fue al armario de Gwen y se quedó petrificado. Docenas de pijamas de seda, camisones con encajes, batas con olanes, todos en tonos suaves o con estampados florales. "¡¿Es en serio?! ¡¿Esto es lo que usa Gwen para dormir?!", murmuró. Escogió el menos "femenino" que encontró: un camisón de seda que, aunque no era transparente del todo, dejaba sus brazos y piernas completamente al descubierto. Se lo puso y se sintió ridículo, como si estuviera usando un disfraz. El tacto de la seda le picaba y la sensación de aire en sus piernas era extraña. "¡No puedo creer que tenga que dormir así!", se quejó en voz baja, sintiendo una brisa cada vez que se movía.
Gwen en el cuerpo de Ben: Buscó entre la ropa de Ben. Dos pares de pijamas viejas y gastadas, o lo que él consideraba pijamas: un pants gris descolorido y una camiseta de algodón con agujeros. "¡Esto es todo lo que tiene! ¡Ni siquiera es una pijama de verdad!", pensó con indignación. Se puso el pants y la camiseta. La tela era gruesa y pesada, nada que ver con sus suaves tejidos. Se sentía como un costal de patatas. Y el olor a "Ben" impregnado en la tela era... persistente. "¡Ugh! ¡Definitivamente necesito lavar esto mañana!", prometió, intentando no pensar demasiado en que eso era lo que Ben usaba siempre.
El Día de Escuela más Largo de la Historia
El sol de la mañana trajo consigo el pánico pues ambos prometieron tratar de cuidar el cuerpo del otro.
Desafío 1: El Baño y la Higiene Extrema. Ben en el cuerpo de Gwen: La ducha fue un ritual desconocido. Se sintió incómodo con los geles de baño florales y tuvo que recordar cómo usar el champú y el acondicionador sin hacerse un lío. El cepillado de dientes y el uso del hilo dental fueron una tortura. Y luego, el secado del cabello. ¡Gwen tenía un secador y un montón de cepillos! Ben simplemente lo secó con una toalla, dejándolo en un desastre semihúmedo. Gwen en el cuerpo de Ben: Entró al baño de Ben y suspiró. Un simple jabón, un champú genérico. La ducha fue rápida y eficiente. Intentó peinar el cabello de Ben, pero era inútil. Simplemente lo alisó con la mano. "¡Qué fácil es la vida de Ben en esto!", pensó con una mezcla de envidia y disgusto.
Desafío 2: El Dilema de la Ropa. Ben en el cuerpo de Gwen: El armario de Gwen era un festival de colores y estilos. Faldas, vestidos, blusas con encajes, pantalones ajustados, accesorios por doquier. "¡No sé qué ponerme! ¿Qué demonios significa 'combinar'?", murmuró desesperado. Al final, se puso unos jeans y una blusa sencilla que le parecían "normales", pero que para Gwen serían "demasiado casuales". Gwen en el cuerpo de Ben: Revisó el armario de Ben. Dos camisetas, dos pantalones, una sudadera. "¡Esto es todo! ¿Cómo puede vivir con tan poca ropa?", se preguntó, horrorizada. Eligió la camiseta menos arrugada y los pantalones menos sucios. La uniformidad la deprimió un poco.
Desafío 3: Las Familias Sospechosas. Ben en el cuerpo de Gwen: La mama de Gwen lo miró durante el desayuno. "Gwen, ¿estás segura de que te sientes bien? Estás comiendo el cereal tan rápido como tu primo. Y no has comentado sobre el nuevo episodio de tu programa favorito." Ben tuvo que forzar una sonrisa y decir: "Sí, mami, solo tengo mucha hambre hoy... y estoy pensando en un proyecto escolar." La Sra. Natalie Tennyson, sin embargo, parecía cada vez más desconcertada por la inusual "Gwen". Gwen en el cuerpo de Ben: El Sr. Carl Tennyson y el Abuelo Max lo observaron durante el desayuno. "Ben, ¿no vas a quejarte del brócoli en los huevos?", preguntó el Abuelo Max. Gwen, con un nudo en el estómago, comió el brócoli sin chistar. "Estoy... intentando comer más sano, Abuelo." El Abuelo Max y el Sr. Tennyson se miraron, intercambiando miradas de incredulidad y preocupación. "Nuestro Ben está enfermo", susurró el Abuelo Max.
Desafío 4: Los Amigos de la Escuela y los Mundos Opuestos.
Ben en el cuerpo de Gwen: En la escuela, las amigas de Gwen lo abordaron de inmediato. "¡Gwen! ¡Tenemos que hablar de la fiesta de este fin de semana! ¿Qué te vas a poner? ¿Y el drama de Derek y Emily? ¡No puedo creerlo!" Ben, en el cuerpo de Gwen, se sintió atrapado. Tuvo que forzar sonrisas, asentir con la cabeza y hacer comentarios vagos como "¡Sí, qué fuerte!" o "¡Totalmente!" El chismorreo, las conversaciones sobre maquillaje, ropa y los dramas amorosos de la escuela lo torturaban. Prometió hacerse pasar por Gwen, y eso significaba soportar la tortura. Intentó cambiar el tema a videojuegos, lo que le valió miradas de extrañeza. "Gwen, ¿estás segura de que eres tú? Pareces... desinteresada en la vida real."
Gwen en el cuerpo de Ben: En el patio de la escuela, los amigos de Ben lo saludaron con ruidosas palmadas en la espalda. "¡Hey, Ben! ¿Listo para el torneo de videojuegos de esta noche? ¡Y tengo un nuevo combo para el Puño de Four Arms que te dejará boquiabierto!" Gwen, en el cuerpo de Ben, intentó simular el entusiasmo de su primo, pero le resultaba difícil. Las conversaciones giraban en torno a puntuaciones de videojuegos, los últimos lanzamientos de figuras de acción alienígenas y las "mejores" técnicas de lucha para noquear a un matón. Las cosas que para los chicos eran "normales" y "emocionantes" para Gwen sonaban violentas, absurdas y sin sentido. Cuando un amigo le mostró un nuevo truco de patineta que casi lo lleva a una caída dolorosa, Gwen se preocupó genuinamente por su seguridad. "¡Ben, eso es peligroso! ¡Deberías tener más cuidado!", exclamó, lo que dejó a su amigo boquiabierto. "Amigo, ¿qué te pasa? ¿Desde cuándo eres mamá?" Gwen solo pudo encogerse de hombros, intentando imitar la despreocupación de Ben, pero por dentro sentía pánico.
El Regreso Inesperado de Charmcaster
La tarde llegó, y el agotamiento se cernía sobre ambos primos. Ben, en el cuerpo de Gwen, estaba al borde de un ataque de nervios por la cantidad de "drama" que había soportado. Gwen, en el cuerpo de Ben, sentía que su cerebro se derretía por la superficialidad de las conversaciones masculinas.
Justo cuando Gwen (en el cuerpo de Ben) estaba a punto de activar el Omnitrix para una misión improvisada y liberar algo de estrés, una risa malévola resonó en el parque cercano a la escuela. Charmcaster había regresado, esta vez con más poder y un plan más audaz.
"¡Tennyson! ¡Te encontré! ¡Mi hechizo fue imperfecto, pero no soy una tonta! ¡Sé que estás en el cuerpo de tu prima! ¡Y ahora, con su cuerpo debilitado, será más fácil para mí tomar el Omnitrix para siempre!"
Charmcaster lanzó un nuevo hechizo de contención, dirigido directamente al cuerpo de Ben (que era Gwen). Gwen, en el cuerpo de Ben, reaccionó rápidamente. Con la experiencia de su primo ahora más arraigada gracias al artefacto y su propia inteligencia, activó el Omnitrix, y esta vez, logró transformarse en Cuatro Brazos, ¡un alienígena que requería fuerza bruta y reflejos rápidos!
"¡Déjame decirte algo, Charmcaster! ¡Estás a punto de recibir una paliza cortesía de Gwen Tennyson... en el cuerpo de Ben!" gritó Gwen (como Cuatro Brazos), lanzándose al ataque.
La batalla fue intensa. Gwen, usando el poder de Cuatro Brazos con una estrategia sorprendente, logró esquivar los hechizos de Charmcaster y golpearla con una serie de puñetazos calculados. Mientras tanto, Ben (en el cuerpo de Gwen), que había seguido a Gwen al parque, gritaba ánimos y ocasionalmente lanzaba un rayo de energía mágica verde, sorprendiendo a Charmcaster con la efectividad de los poderes de Gwen.
Finalmente, con un golpe bien colocado de Cuatro Brazos (Gwen), Charmcaster fue derrotada, su hechizo de intercambio se rompió justo antes de que se desmayara.
De Vuelta a la Normalidad: Lecciones Aprendidas (y Mucho Alivio)
Una luz cegadora, una sensación de familiaridad, y de repente, Ben y Gwen estaban de nuevo en sus propios cuerpos. Cayeron al suelo, respirando profundamente, el alivio inundándolos.
Ben se tocó su propio rostro, luego sus brazos. "¡Oh, gracias a Dios! ¡Mi ropa! ¡Mi Omnitrix! ¡Nunca más me quejaré de no tener muchos pijamas!" Miró a Gwen con una nueva apreciación. "Gwen, tu vida es... ¡tan complicada! ¡Y el chismorreo de chicas es más aterrador que Vilgax!"
Gwen se levantó, ajustándose el cabello y alisándose su propia ropa. "Y tú, Ben, tu vida es... ¡un desorden constante, llena de olores extraños y conversaciones sin sentido! ¡Y tu pijama es un insulto a la decencia! Pero... eres increíblemente bueno con el Omnitrix."
Ambos se miraron, una nueva capa de entendimiento mutuo formándose entre ellos. Habían pasado un día en los zapatos (y la piel) del otro, lidiando con familias, amigos, higiene personal y hasta la propia identidad. Las apariencias engañaban, y las vidas "fáciles" del otro eran, de hecho, un complejo laberinto de desafíos únicos.
"Nunca volveré a pensar que tu vida es sencilla, Ben", dijo Gwen con una sonrisa. "Y yo nunca más me quejaré de no tener muchos amigos, Gwen... ¡tus amigos son agotadores!", replicó Ben, y ambos rieron.
El intercambio de cuerpos había sido un calvario, pero también la lección de empatía más profunda que jamás habían recibido. Y al menos, ahora sabían exactamente cómo se sentía ser el otro.
FIN
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