LAS MASCARAS QUE COPIAN (Sexta parte)
Por Alexa Padme (esta es una continuación hecha por mi) Busquen las anterior partes en este Blog)
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El Escape Inesperado: La Batalla por el Control
Cuando el beso terminó, el antro
parecía girar para La Nueva Barbara. Richard, con una sonrisa complacida,
preguntó: "¿Cómo te sientes?".
Will, con la personalidad de
Barbara aún ligeramente nublada por el alcohol, logró responder: "Bien...
algo mareada, pero bien." Esa respuesta, o la aparente vulnerabilidad que
transmitía, pareció darle a Richard la señal que esperaba.
La mano de Dick se deslizó por
las piernas de Barbara, sus dedos acariciando el nylon de las medias. Will
sintió un escalofrío que no era del todo de desagrado. La sensación era
extraña, una mezcla de sorpresa y una excitación inesperada que se
fusionaba con la embriaguez. El tacto de la mano de Richard sobre las piernas
de Barbara, cubiertas por las pantimedias, era una experiencia sensorial nueva
y poderosa para Will.
Sin embargo, en ese momento de
creciente intensidad, un chispazo de claridad atravesó la mente de Will. La
alarma de la realidad, la identidad de Barbara y las consecuencias de sus
acciones, sonó fuerte. Como si un interruptor de emergencia se activara, Will
recobró el control.
Con una determinación repentina,
apartó la mano de Richard y lo miró a los ojos, su voz, aunque un poco más
firme de lo que el alcohol permitía, tenía la convicción de la verdadera
Barbara. "Soy casada", dijo, con una mezcla de arrepentimiento y
autoafirmación. "Solo vine aquí por aburrimiento. No tengo intención de
ser infiel."
Acto seguido, sin dar oportunidad
a Richard para reaccionar, La Nueva Barbara tomó su bolso con rapidez. Se
levantó de la silla con una agilidad sorprendente y prácticamente salió
corriendo del antro, la música y las luces desdibujándose a su espalda.
Afuera, en la fresca noche, sus manos temblaban un poco mientras buscaba las
llaves del auto.
Una vez dentro, antes de
arrancar, Will apagó por completo el "switch" de Barbara. La
sensación de mareo y la confusión del alcohol se desvanecieron
instantáneamente. Barbara podía estar "bastante ebria", pero Will
no lo estaba. Con una mente clara y sus reflejos intactos, pudo conducir
perfectamente de regreso a casa, dejando atrás una noche de experimentación y
un encuentro que casi cruzó una línea peligrosa.
Lecciones Aprendidas
La noche en el antro, y
especialmente el encuentro con Richard, fue una cruda y reveladora experiencia
para Will. El subidón de adrenalina y la peligrosa pérdida de control bajo la
influencia del alcohol lo dejaron con una clara lección. A partir de ese momento,
Will prefirió dejar de usar la mitad del "switch" de personalidad
por un tiempo. El riesgo de que sus propios deseos y curiosidades se
fusionaran con la sensualidad desinhibida de Barbara era demasiado alto.
De ahora en adelante, la regla
era clara: mientras estuviera con Gavin o el señor Henderson, sería Barbara
al 100%. Esto significaba activar completamente la personalidad de la
señora Henderson, con todos sus recuerdos, modales y respuestas predecibles.
Esto no solo mantenía la farsa de manera impecable, sino que también evitaba
cualquier tentación o complicación derivada de la personalidad de Will.
Cuando estaba solo, sin embargo,
el "switch" de Barbara se apagaría por completo. En esos momentos de
privacidad, Will sería simplemente Will, un adolescente que disfrutaba
jugando con los videojuegos de Gavin, sumergiéndose en mundos virtuales que lo
alejaban de la extraña realidad de su cuerpo.
Además de su regreso a los
videojuegos, Will inició una nueva y crucial tarea: la búsqueda
incesante en internet de las máscaras que copian. Navegaría por foros oscuros,
sitios de rarezas y mercados en línea, con la esperanza de que, si alguna vez
volvieran a estar en existencia, él sería el primero en saberlo y poder
comprarlas. La experiencia de la noche anterior había reforzado su deseo de
revertir la situación, de volver a su propio cuerpo y a su propia vida, por muy
fascinante que resultara la de Barbara.
El Dilema de Rose
Mientras Will, en el cuerpo de
Barbara, lidiaba con sus propias nuevas fronteras, la señora Henderson,
habitando el cuerpo de Will, también enfrentaba desafíos inesperados. A
diferencia de Will, ella no había descubierto la manera de usar el "switch"
a medias, operando mayormente en el modo de "Will al 100%" cuando
estaba en público, aunque su propia inteligencia y astucia de Barbara siempre
estaban latentes.
Un día, en el pasillo de la
escuela, una chica guapa y aparentemente nerviosa se acercó a El Nuevo
Will y le entregó un sobre doblado con prisa. Era el típico mensaje
adolescente: "Te veo detrás de la escuela a la salida." La señora
Henderson, con un suspiro interno, comprendió de inmediato la situación. Aunque
le resultaba extraña la idea de un romance adolescente, su mente pragmática
pensó: no debería arruinar la vida amorosa de Will. Después de todo,
este cuerpo era temporal, pero la reputación de Will en la escuela perduraría.
Así que, a la salida, El Nuevo
Will se dirigió al lugar acordado. Allí estaba la chica, su rostro lleno de
expectativa. "Hola, Rose", dijo El Nuevo Will, su voz de adolescente
sonando un poco más formal de lo que Will la habría usado.
Rose, al ver a "Will"
solo, se armó de valor. "Hola, Will", comenzó, su voz suave. "Me
gustas desde hace mucho. No me atrevía a decir nada porque siempre estás con
Gavin, pero hoy te vi solo y... vi una oportunidad." Hizo una pausa,
tomando aire. "¿Quería saber si podríamos salir juntos? Y quizá, si las
cosas van bien, llegar a ser novios."
La propuesta de Rose dejó a El
Nuevo Will en un dilema. Rechazarla directamente podría dañar la imagen de Will
y su futuro social. Aceptar, sin embargo, la obligaría a navegar las
complejidades de una relación adolescente, algo para lo que no estaba preparada
ni interesada. Su mente de Barbara Henderson, astuta y orientada a la solución,
comenzó a buscar una salida que protegiera a Will sin comprometerla a ella.
La propuesta de Rose dejó a la
señora Henderson en una encrucijada. Con el "switch" de Will apagado,
su mente de Barbara era demasiado pragmática y adulta para la situación,
incapaz de formular una respuesta que encajara con el contexto adolescente. En
un momento de pánico, decidió hacer algo que nunca había hecho: intentó activar
el "switch" de Will. Pero su indecisión era tal que el switch se
quedó a la mitad.
El resultado fue algo que la
señora Henderson nunca había experimentado: era Will, pero con la
inteligencia, la astucia y la capacidad de análisis de Barbara. Era una
fusión increíble, una mente adolescente con la agudeza de una adulta.
En ese instante, la señora
Henderson, con esta nueva y extraña combinación, consideró la posibilidad. Si
Will tenía una oportunidad de tener una relación en su propio cuerpo, ¿por qué
privarlo de ella? Además, un pensamiento pragmático, muy de Barbara, cruzó su
mente: si ella obligaba a Will (en su cuerpo) a besar a su marido, ¿por qué no
debería ella, en el cuerpo de Will, soportar un beso con su novia?
Con esta nueva perspectiva, y con
la personalidad de Will infundida con la lógica de Barbara, respondió a Rose de
una manera que era a la vez nerviosa y genuina, exactamente como Will lo habría
hecho. "Sí, Rose", dijo, con la voz algo temblorosa, "sí,
acepto". Se acercó a ella y le dio un casto beso en la mejilla, una acción
que, para una relación recién iniciada, era apropiada y dulce. Aún era
demasiado temprano para un beso en la boca, pero el compromiso estaba hecho.
La Nueva Rutina de Will: Novia y Distancia
La señora Henderson, en el cuerpo
de Will, empezó a salir con Rose. La noticia, y la visión de "Will"
con una novia, no pasó desapercibida para Gavin. "¿Qué estás
haciendo?", le preguntó a El Nuevo Will, una mezcla de curiosidad y
preocupación en su voz. "¿Estás segura de lo que haces?"
Para Gavin, la situación se había
estabilizado en una extraña normalidad. Ya se había acostumbrado a que en la
escuela, Will seguía siendo Will la mayor parte del tiempo. Una vez que
comprendió lo del "switch", sabía que podía ser su amigo con
los mismos chistes y gustos. En casa, mientras estaba con su padre o mientras
"su madre" hacía los quehaceres, sabía que era su madre. Incluso
podía platicar con ella como lo hacía con su madre original, confiando en sus
consejos y su sabiduría.
Con el "nuevo Will" en
la escuela, Gavin también podía divertirse como siempre. Pero ahora, con Rose
en escena, las cosas cambiaron. El Nuevo Will, aunque usando la personalidad de
Will, dedicaba tiempo a su nueva relación. Esto significaba que Gavin tenía que
alejarse un poco, dándole espacio a su amigo (y a su madre) para esta
nueva dinámica.
Gavin, con la madurez que la
situación le había forzado a desarrollar, comprendió que no podía entrometerse
demasiado. La vida de Will, incluso en el cuerpo de su madre, era suya. Así
que, con un suspiro de resignación, Gavin empezó a salir más con otros
amigos a quienes había descuidado un poco por estar tan enfocado en la
farsa de su madre y de Will. Era una nueva fase para los tres, donde las líneas
de la amistad, la familia y la identidad se volvían aún más difusas.
La Reacción al Noviazgo: Will y la Encrucijada
Cuando Gavin, con un toque de
resignación, le dio la noticia a su "madre" de que "Will"
tenía novia, la reacción no fue la que esperaba. Y es que Gavin, en su
costumbre, eligió el momento en que Will, en el cuerpo de Barbara, tenía el switch
de la señora Henderson completamente encendido.
"¡Ay, mi vida, qué alegría
me das!", exclamó La nueva Barbara con la voz y el tono de la señora
Henderson, un brillo de complacencia en sus ojos. "Ya era hora de que Will
tuviera una novia. Y a propósito, a ti también te vendría bien buscarte una.
¡Ya estás en edad!"
Gavin, que estaba a solas con
ella, sintió la frustración subirle a la cabeza. "¡Apaga el maldito switch
de mi madre! ¡Necesito a Will!", espetó, su voz cargada de exasperación.
En un instante, la expresión de
Barbara cambió drásticamente. La complacencia maternal se transformó en pura
sorpresa y una pizca de emoción adolescente. "¡Tengo novia! ¿En serio? ¿Y
es Rose? ¡Ella es muy hermosa y siempre me gustó!", exclamó Will, con su
personalidad al 100%, su voz llena de una incredulidad deliciosa. La realidad
de tener una novia, algo que nunca había imaginado para sí mismo, lo golpeó con
fuerza.
Luego, Will, con una sonrisa
amplia y genuina que la cara de Barbara adoptó con naturalidad, pronunció una
frase que resonaría en la extraña dinámica de sus vidas: "¡BIEN por
Barbara, ella es mi heroína!" La verdad era que Will había pensado que
nunca tendría novia, y que Barbara, con su astucia y encanto, había logrado
algo que él, en su propio cuerpo, consideraba imposible.
Pero Este nuevo desarrollo traía
consigo una nueva encrucijada en el escenario. Will, quien habitaba en
el cuerpo de Barbara sabía que su cuerpo real, ahora tenía una novia pero quien
lo estaba disfrutando era la madre de su amigo, pero esta relación, aunque
nacida del ingenio de Barbara era una realidad que afectaba
directamente la vida futura de Will.
El Nuevo Will se plantea varios aspectos de la actual situación:
La existencia del
"switch" había resuelto algunos problemas, pero ahora creaba otros.
- ¿Cómo se manejaría Will (en su cuerpo, el de de
Barbara Henderson) esta "relación" de novio de Rose?
¿Seguiría permitiendo que Barbara (la señora Henderson) manejara sus
interacciones para no arruinar la oportunidad de Will de tener una novia, o
debería dejarla ir?
- ¿Qué implicaciones tenía para la identidad de
Will tener una novia a través de un cuerpo que no era el suyo? ¿Se
sentiría como una relación propia o como una farsa elaborada?
- ¿Cómo reaccionaría la señora Henderson (en el
cuerpo de Will) a la gratitud y la posible expectativa de Will de que
mantenga la relación con Rose?
Esta situación prometía nuevas aventuras
y conflictos a la vista.
CONTINUARÁ
Si hay mas comentarios el jueves continua
Porfavor no pares te esta quedando muy bien la historia se nota tu esfuerzo
ResponderBorrarEsta quedando muy buena!! Además está genial q uses esas imágenes así ;3
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