LAS MASCARAS
QUE COPIAN (CONTINUACION)
Por Alexa padme
www. Fatralatg.blogspot.mx
La Cruda
Realidad y las Nuevas Reglas
La determinación de la señora
Henderson, en el cuerpo de Will, se afianzó mientras los tres se desesperaban. Siguiendo
la corazonada de Gavin, habían buscado la enigmática "tienda
desconocida" en línea, rastreando la extraña etiqueta de la caja.
Finalmente, encontraron un sitio web rudimentario, casi una reliquia digital.
Las máscaras, etiquetadas como "Disfraces de Identidad", aparecían
como "Agotadas" con una nota vaga: "Inventario incierto. Revisar
actualizaciones." No había información de contacto ni una fecha de
reposición.
La esperanza se desvaneció
rápidamente. Desesperados, buscaron otras opciones, desde foros oscuros hasta
supuestos "expertos" en artefactos místicos. Cada pista los llevó a
un callejón sin salida, una estafa o un engaño. La frustración y el miedo
crecían con cada intento fallido.
Finalmente, la señora Henderson,
con la voz de Will pero la autoridad de una matriarca, se irguió. Sus ojos, en
el rostro de un adolescente, destellaban una resolución férrea. "Esto no
puede seguir así", declaró, mirando a Will/Señora Henderson directamente.
"Nadie nos va a ayudar. No hay vuelta atrás, al menos por ahora."
Se giró hacia Will/Señora
Henderson, que seguía procesando su nueva apariencia con una mezcla de
fascinación y horror. "Will, querías ser yo, ¿no? Pues ahora lo eres. Y
vas a asumir las consecuencias de tus impulsos irreflexivos."
Will/Señora Henderson se encogió,
la voz suave de su nueva forma saliendo en un susurro. "Pero señora
Henderson, yo no quería... solo era una broma."
"Una broma que nos ha puesto
a todos en esta situación", replicó la señora Henderson/Will, su voz
teñida de irritación. "Escúchame bien, William. Vas a aprender a ser yo.
Vas a hacer todo lo que yo hago: las tareas del hogar, cuidar de Gavin, las
responsabilidades sociales. Vas a interactuar con mis amigas y, sí, vas
a atender a mi marido en todos los aspectos, incluyendo el romántico."
Gavin tragó saliva. La mención
del aspecto romántico hizo que la situación, ya de por sí absurda, se volviera
increíblemente incómoda. Will/Señora Henderson enrojeció visiblemente, su
rostro femenino revelando su consternación.
"No voy a permitir que
arruines mi vida, mi figura o mi matrimonio", continuó la señora
Henderson/Will, con un tono implacable. "Usarás mi ropa como yo te lo
diga. Comerás lo que yo coma para mantener mi silueta. Actuarás como yo lo
haría en cada situación. Me encargaré de que te conviertas en una versión
convincente de mí misma."
Miró a Gavin, quien asintió con
la cabeza, aún impactado. "Y tú, Gavin", dijo la señora
Henderson/Will, su mirada suavizándose ligeramente, "tendrás que ayudar a
Will a adaptarse a la vida de un estudiante de preparatoria. Tendrán que ser la
dupla de amigos perfecta, como si nada hubiera pasado. Tendremos que convencer
a todos de que somos quienes decimos ser."
La nueva realidad se cernía sobre
ellos. No había escape. La señora Henderson estaba dispuesta a tomar las
riendas y moldear a Will en su propia imagen, mientras ella misma se preparaba
para los desafíos de la adolescencia.
Una Tarde de Lecciones Forzadas
La tarde se convirtió en una
especie de campamento de entrenamiento doméstico para Will. Bajo la atenta y
severa supervisión de la señora Henderson, que ahora habitaba el cuerpo de
Will, el "nuevo Will" se vio inmerso en un torbellino de tareas
domésticas. Gavin, por su parte, se resignó a trabajar solo en el proyecto
escolar en la mesa de la cocina, escuchando el inusual murmullo de
instrucciones y el ocasional suspiro de frustración.
"Así es como doblas una
camisa, William", instruía El Nuevo Will (Antes Barbara Henderson), su voz
adolescente sonando extrañamente mandona mientras sus manos, grandes y
acostumbradas a la tablet y los videojuegos, intentaban imitar los movimientos
precisos que su propia madre realizaba con facilidad. La Nueva Señora Henderson
, con la agilidad y destreza innata que ahora venían con su nuevo cuerpo,
doblaba pilas de ropa limpia con una eficiencia casi mecánica.
Luego vino el lavado.
"Recuerda separar por colores y tejidos. ¡No vayas a arruinar mis
prendas!" advirtió El Nuevo Will, observando cómo La Nueva Señora
Henderson cargaba la lavadora. Después, le tocó aprender a tender la cama de la
señora Henderson, un arte que requería precisión en las esquinas y suavidad en
las sábanas, algo que Will nunca había considerado en su propia habitación.
Barrer y trapear se convirtieron
en lecciones de ergonomía, con El Nuevo Will aun actuando como la Sra.
Henderson e insistiendo en el ángulo correcto de la escoba y el movimiento de
la fregona para evitar cualquier mancha. El polvo fue sacudido con
minuciosidad, cada superficie brillante un testimonio del riguroso
entrenamiento. Para sorpresa de todos, especialmente de Will, las habilidades
culinarias de la señora Henderson parecían haber permanecido con su cuerpo. La
Nueva Señora Henderson pudo preparar una cena sencilla sin mayores
dificultades, el aroma llenando la casa, para alivio de El Nuevo Will, que no
quería arriesgarse a una intoxicación alimentaria en su propia casa.
El Regreso
Inminente
La tarde pasó volando entre la
risa ocasional de Gavin (cuando creía que nadie lo escuchaba) y los quejidos
disimulados de Will. Cuando el reloj marcó las ocho de la noche, una nueva
oleada de ansiedad recorrió el ambiente.
"Bien, Will", dijo El Nuevo Will, en su tono más serio. "Es hora de que YO,'Will'
regrese a casa. Gavin Tu padre no tardará en llegar, y. No podemos arriesgarnos
a que mi marido nos vea... así." La mirada de El Nuevo Will se dirigió a
su propio cuerpo ahora ocupado por William, haciendo la advertencia que todo
debería salir bien.
La Nueva Señora Henderson asintió,
una sombra de preocupación cruzando su rostro. La idea de enfrentar al señor
Henderson ahora su marido, en el cuerpo de su esposa, y tener que mantener la
farsa, era una de las partes más intimidantes de su nueva realidad.
"Recuerda todo lo que te
dije, William", añadió El Nuevo Will, con un tono casi amenazante.
"No quiero errores. Actúa con naturalidad. Y no olvides lo de mi figura y
mi matrimonio. No permitas que nada lo afecte."
Gavin, con el proyecto escolar
medio hecho a un lado, se puso de pie. "Yo... yo iré al baño",
murmuró, necesitando un momento para procesar la surrealista situación antes de
la llegada de su padre.
Will en el cuerpo de la Señora
Henderson se quedó solo con el nuevo Will, quien ahora lo miraba con una mezcla
de expectativa y advertencia. La puerta principal se abrió. Era el señor
Henderson.
El sonido de las llaves en la
cerradura hizo que el corazón de Will, en el cuerpo de la señora Henderson,
diera un vuelco. El Nuevo Will lo miró con una ceja levantada, una mezcla de
advertencia y desafío en sus ojos de adolescente. "Recuerda lo que te
dije", susurró, su voz grave pero firme. "Se besan al llegar. Tienes
que actuar con normalidad. Solo piénsalo como parte del papel. Eres una mujer
casada ahora."
La Nueva Señora Henderson asintió,
su garganta de repente seca. La idea de un beso, aunque fuera un simple toque
de labios, con el señor Henderson, era más que inquietante. Intentó convencerse
a sí mismo de que era solo un acto, una parte del "juego" al que se
habían visto forzados.
La puerta se abrió y el señor
Henderson entró, un hombre de unos 40 años, bastante guapo y muy similar a su
Hijo Gavin y con una sonrisa cansada pero cálida en su rostro. Dejó su maletín
junto a la puerta y, como de costumbre, se dirigió directamente hacia donde
"su esposa" estaba de pie.
"¡Hola, cariño!", dijo
el señor Henderson, su voz suave y familiar. Se acercó a La Nueva Señora
Henderson , quien se sintió incómodo, pero se esforzó por mantener la
compostura. El señor Henderson se inclinó y sus labios se posaron suavemente
sobre los de Will.
Para Will, el contacto fue un shock.
Sus instintos le gritaban que retrocediera, que se alejara. Era un hombre
besando a otro hombre, aunque uno estuviera en un cuerpo femenino. Sin embargo,
las palabras de La autentica Barbara Henderson resonaron en su cabeza: piensa que eres una
mujer, una casada, déjate llevar. Con un esfuerzo monumental, Will se
obligó a permanecer inmóvil, sus labios respondiendo de una manera que esperaba
que fuera convincente. El Nuevo Will observaba desde un rincón de la sala, su
rostro un estudio de seriedad.
El beso fue breve, apenas un
roce, pero para Will se sintió como una eternidad. El señor Henderson se separó
con una sonrisa y entonces también le dio un casto beso en la frente.
"Pareces un poco... ¿pensativa hoy, amor?", comentó el señor
Henderson, su mirada cariñosa.
La Nueva Señora Henderson logró
forzar una sonrisa, intentando que pareciera natural. "Solo un poco
cansada, querido. Tuve una tarde... ocupada", respondió, su voz femenina
sonando sorprendentemente normal, aunque con un ligero temblor apenas
perceptible.
El señor Henderson no pareció
notar nada inusual. "Entiendo. ¿Y dónde está Gavin? ¿Terminó el
proyecto?"
La Nueva Señora Henderson vio a
Gavin salir del baño, su cara aún pálida. "Sí, ya casi lo terminamos,
papá", dijo Gavin, su voz un poco más aguda de lo normal.
Mientras el señor Henderson se
dirigía a Gavin, el "nuevo Will" (la señora Henderson en el cuerpo de
Will) se acercó a su antiguo cuerpo ahora ocupado por Will y dio un leve
asentimiento de su cabeza en el rostro de Will/Sra. Henderson y fue la única
señal de que había pasado la primera prueba. La farsa, por ahora, se mantenía
en pie. Pero ambos sabían que esto era solo el comienzo de su nueva y extraña
vida.
Una Cena
Inesperada y una Observación Atenta
El "nuevo Will" (la
señora Henderson en el cuerpo de Will), saludó al señor Henderson con la
familiaridad de un amigo de la familia, aunque su voz de adolescente sonaba
algo más grave de lo habitual. "Buenas noches, señor Henderson. Ya me iba,
el proyecto con Gavin ya casi está listo."
El señor Henderson, relajado tras
un día de trabajo, sonrió amablemente. "¡William, qué gusto verte! Hace
mucho que no te veía ¿porque no quedas a cenar’. Yo Después te llevo a casa, así no tienes que
preocuparte por el camino. Solo avisa a tus padres."
La propuesta era una bendición
disfrazada para El Nuevo Will. Quería, necesitaba, seguir observando de cerca a
Will en su propio cuerpo. La farsa del beso había sido un éxito, pero una cena
entera con su esposo, con Will actuando como ella, sería la prueba de fuego.
"Claro, señor Henderson, ¡me
encantaría!", respondió El Nuevo Will con un entusiasmo fingido, ya
sacando su teléfono para simular un mensaje a sus "padres". En
realidad, le enviaba un mensaje silencioso a Gavin: Necesito que Will actúe
de forma impecable. Vigílalo. Will no tenía problemas en llegar tarde ya
que sus Padres siempre con mucho trabajo legaban a altas horas de la noche y se
iba muy temprano.
Navegando en
la Cena Familiar
La cena se sirvió poco después,
con La Nueva Señora Henderson moviéndose con una gracia innata en la cocina,
gracias a las habilidades de su nuevo cuerpo. Gavin, por su parte, se sentó a
la mesa, sintiendo el peso de la situación, con una mezcla de diversión y
nerviosismo.
El señor Henderson, ajeno a todo,
charlaba animadamente sobre su día. La Nueva Señora Henderson se esforzaba por
mantener una conversación coherente y apropiada para que no lo regañara la señora Henderson ahora
en su cuerpo. Recordó las recomendaciones de su doble: Mantén el tono de voz
que yo uso, gesticula con mis manos, sonríe en los momentos adecuados.
Logró asentir, reír y hacer comentarios oportunos, copiando la forma en que la
señora Henderson interactuaba con su esposo.
El Nuevo Will, sentada al lado de
Gavin, observaba cada movimiento de Will. Si La Nueva Señora Henderson dudaba
un momento, o si su lenguaje corporal se acercaba demasiado al de un
adolescente, El Nuevo Will le lanzaba una mirada casi imperceptible, una
advertencia. Una vez, La Nueva Señora Henderson estuvo a punto de servirse una
segunda porción de pasta excesivamente grande, algo que la verdadera señora
Henderson nunca haría. Una rápida y sutil patada de El Nuevo Will bajo la mesa
lo detuvo a tiempo, y La Nueva Señora Henderson optó por una porción más
comedida.
El señor Henderson no notó nada
inusual. Estaba contento de tener a su esposa y a su hijo (y al amigo de su
hijo) cenando juntos. Incluso le preguntó a "Will" (la señora
Henderson en el cuerpo de Will) sobre sus estudios y sus planes para el futuro,
a lo que ella respondió con evasivas generales, como cualquier adolescente
despreocupado.
La cena transcurrió sin mayores
incidentes, pero para La Nueva Señora Henderson , fue una montaña rusa
emocional. Cada sonrisa forzada, cada asentimiento, cada respuesta medida, era
un esfuerzo consciente. Se dio cuenta de que ser la señora Henderson no era
solo cuestión de apariencia, sino de una compleja red de hábitos, gestos y expectativas.
Y para El Nuevo Will, la observación la convenció aún más de que su plan de
"entrenamiento" era absolutamente necesario. No podían permitirse
ningún desliz.
Noche de
Inquietud: La Conversación entre Gavin y su Nueva Madre
Después de la cena, el señor
Henderson, ajeno a la extraña dinámica familiar que se desarrollaba bajo su
techo, se ofreció a llevar a "Will" (la señora Henderson en el cuerpo
de Will) a casa. El Nuevo Will se despidió con una mezcla de alivio y una leve
sonrisa de satisfacción, sabiendo que la primera gran prueba había sido
superada.
Una vez que la puerta se cerró y
los sonidos del auto se desvanecieron, Gavin se volvió hacia su "nueva
madre", Will en el cuerpo de la señora Henderson. El alivio en su rostro
era palpable, pero también había una innegable aprensión.
"Will, ¿crees que podrás con
esto?", preguntó Gavin, su voz apenas un susurro. "La cena fue...
estuvo bien. Papá no notó nada. Pero... ¿qué hay de la noche? ¿De su vida
íntima?"
La pregunta de Gavin golpeó a
Will como una ráfaga de viento frío. Su rostro, el rostro de la señora
Henderson, palideció notablemente. La cena había sido una prueba de habilidad y
actuación, pero la noche... la intimidad marital era un territorio completamente
desconocido y aterrador para él. La realidad de lo que implicaba "atender
a su marido en todos los aspectos, incluyendo el romántico como hacer el amor" se le vino
encima con una fuerza abrumadora.
"Yo... yo no sé nada de eso,
Gavin", Will logró balbucear, su voz femenina temblorosa. "Yo soy...
yo aún soy virgen." La confesión, dicha con el tono suave y maduro de la
señora Henderson, sonaba extrañamente fuera de lugar, casi cómico en su
desesperación.
Gavin sintió una punzada de
incomodidad. Nunca en su vida se habría imaginado teniendo esta conversación
con su madre, y mucho menos con su amigo en el cuerpo de su madre. La situación
era a la vez surrealista y abrumadoramente real.
"No te preocupes",
intentó consolar Gavin, aunque sus propias mejillas se tiñeron de rojo.
"Tal vez papá... no lo sé. Tal vez solo se vaya a dormir. No tienes que...
bueno, ya sabes." Él mismo no sabía cómo expresarlo sin sentirse completamente
avergonzado.
Will se llevó una mano temblorosa
a la boca. "Pero tu mamá dijo... dijo que tenía que atenderlo en todos los
aspectos. Y no quiere que su matrimonio se arruine. ¿Y si él... insiste?"
El pánico era evidente en su mirada.
El silencio se cernió sobre ellos. La situación era tan compleja que ni Gavin tenía una respuesta. Habían superado la cena, pero la noche prometía desafíos mucho más íntimos y personales
Me hice bolas, esto es una traducción o es algo escrito por ti? Cualquiera que haya sido fue entretenido de leer
ResponderBorrarSi leíste las primeras partes terminan de una manera muy abrupta, así que comente que si querían una secuela escrita por mi la haría
Borrarme gusto pero algunas partes me perdi un poco.
ResponderBorrarMe puedes decir ¿donde?, quizá pueda pulir algo la redacción
BorrarComo continuación esta bastante genial, quiero ver más!
ResponderBorrarGracias
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