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domingo, 1 de junio de 2025

Las Mascaras que copian Secuela primera parte

 

LAS MASCARAS QUE COPIAN (CONTINUACION)

Por Alexa padme

www. Fatralatg.blogspot.mx

(Si quieren mas comenten si no veo comentarios, creo que no les interesa)

La Cruda Realidad y las Nuevas Reglas

La determinación de la señora Henderson, en el cuerpo de Will, se afianzó mientras los tres se desesperaban. Siguiendo la corazonada de Gavin, habían buscado la enigmática "tienda desconocida" en línea, rastreando la extraña etiqueta de la caja. Finalmente, encontraron un sitio web rudimentario, casi una reliquia digital. Las máscaras, etiquetadas como "Disfraces de Identidad", aparecían como "Agotadas" con una nota vaga: "Inventario incierto. Revisar actualizaciones." No había información de contacto ni una fecha de reposición.

La esperanza se desvaneció rápidamente. Desesperados, buscaron otras opciones, desde foros oscuros hasta supuestos "expertos" en artefactos místicos. Cada pista los llevó a un callejón sin salida, una estafa o un engaño. La frustración y el miedo crecían con cada intento fallido.

Finalmente, la señora Henderson, con la voz de Will pero la autoridad de una matriarca, se irguió. Sus ojos, en el rostro de un adolescente, destellaban una resolución férrea. "Esto no puede seguir así", declaró, mirando a Will/Señora Henderson directamente. "Nadie nos va a ayudar. No hay vuelta atrás, al menos por ahora."

Se giró hacia Will/Señora Henderson, que seguía procesando su nueva apariencia con una mezcla de fascinación y horror. "Will, querías ser yo, ¿no? Pues ahora lo eres. Y vas a asumir las consecuencias de tus impulsos irreflexivos."

Will/Señora Henderson se encogió, la voz suave de su nueva forma saliendo en un susurro. "Pero señora Henderson, yo no quería... solo era una broma."

"Una broma que nos ha puesto a todos en esta situación", replicó la señora Henderson/Will, su voz teñida de irritación. "Escúchame bien, William. Vas a aprender a ser yo. Vas a hacer todo lo que yo hago: las tareas del hogar, cuidar de Gavin, las responsabilidades sociales. Vas a interactuar con mis amigas y, sí, vas a atender a mi marido en todos los aspectos, incluyendo el romántico."

Gavin tragó saliva. La mención del aspecto romántico hizo que la situación, ya de por sí absurda, se volviera increíblemente incómoda. Will/Señora Henderson enrojeció visiblemente, su rostro femenino revelando su consternación.

"No voy a permitir que arruines mi vida, mi figura o mi matrimonio", continuó la señora Henderson/Will, con un tono implacable. "Usarás mi ropa como yo te lo diga. Comerás lo que yo coma para mantener mi silueta. Actuarás como yo lo haría en cada situación. Me encargaré de que te conviertas en una versión convincente de mí misma."

Miró a Gavin, quien asintió con la cabeza, aún impactado. "Y tú, Gavin", dijo la señora Henderson/Will, su mirada suavizándose ligeramente, "tendrás que ayudar a Will a adaptarse a la vida de un estudiante de preparatoria. Tendrán que ser la dupla de amigos perfecta, como si nada hubiera pasado. Tendremos que convencer a todos de que somos quienes decimos ser."

La nueva realidad se cernía sobre ellos. No había escape. La señora Henderson estaba dispuesta a tomar las riendas y moldear a Will en su propia imagen, mientras ella misma se preparaba para los desafíos de la adolescencia.





Una Tarde de Lecciones Forzadas

La tarde se convirtió en una especie de campamento de entrenamiento doméstico para Will. Bajo la atenta y severa supervisión de la señora Henderson, que ahora habitaba el cuerpo de Will, el "nuevo Will" se vio inmerso en un torbellino de tareas domésticas. Gavin, por su parte, se resignó a trabajar solo en el proyecto escolar en la mesa de la cocina, escuchando el inusual murmullo de instrucciones y el ocasional suspiro de frustración.

"Así es como doblas una camisa, William", instruía El Nuevo Will (Antes Barbara Henderson), su voz adolescente sonando extrañamente mandona mientras sus manos, grandes y acostumbradas a la tablet y los videojuegos, intentaban imitar los movimientos precisos que su propia madre realizaba con facilidad. La Nueva Señora Henderson , con la agilidad y destreza innata que ahora venían con su nuevo cuerpo, doblaba pilas de ropa limpia con una eficiencia casi mecánica.

Luego vino el lavado. "Recuerda separar por colores y tejidos. ¡No vayas a arruinar mis prendas!" advirtió El Nuevo Will, observando cómo La Nueva Señora Henderson cargaba la lavadora. Después, le tocó aprender a tender la cama de la señora Henderson, un arte que requería precisión en las esquinas y suavidad en las sábanas, algo que Will nunca había considerado en su propia habitación.

Barrer y trapear se convirtieron en lecciones de ergonomía, con El Nuevo Will aun actuando como la Sra. Henderson e insistiendo en el ángulo correcto de la escoba y el movimiento de la fregona para evitar cualquier mancha. El polvo fue sacudido con minuciosidad, cada superficie brillante un testimonio del riguroso entrenamiento. Para sorpresa de todos, especialmente de Will, las habilidades culinarias de la señora Henderson parecían haber permanecido con su cuerpo. La Nueva Señora Henderson pudo preparar una cena sencilla sin mayores dificultades, el aroma llenando la casa, para alivio de El Nuevo Will, que no quería arriesgarse a una intoxicación alimentaria en su propia casa.




El Regreso Inminente

La tarde pasó volando entre la risa ocasional de Gavin (cuando creía que nadie lo escuchaba) y los quejidos disimulados de Will. Cuando el reloj marcó las ocho de la noche, una nueva oleada de ansiedad recorrió el ambiente.

"Bien, Will", dijo El Nuevo Will, en su tono más serio. "Es hora de que YO,'Will' regrese a casa. Gavin Tu padre no tardará en llegar, y. No podemos arriesgarnos a que mi marido nos vea... así." La mirada de El Nuevo Will se dirigió a su propio cuerpo ahora ocupado por William, haciendo la advertencia que todo debería salir bien.

La Nueva Señora Henderson asintió, una sombra de preocupación cruzando su rostro. La idea de enfrentar al señor Henderson ahora su marido, en el cuerpo de su esposa, y tener que mantener la farsa, era una de las partes más intimidantes de su nueva realidad.

"Recuerda todo lo que te dije, William", añadió El Nuevo Will, con un tono casi amenazante. "No quiero errores. Actúa con naturalidad. Y no olvides lo de mi figura y mi matrimonio. No permitas que nada lo afecte."

Gavin, con el proyecto escolar medio hecho a un lado, se puso de pie. "Yo... yo iré al baño", murmuró, necesitando un momento para procesar la surrealista situación antes de la llegada de su padre.

Will en el cuerpo de la Señora Henderson se quedó solo con el nuevo Will, quien ahora lo miraba con una mezcla de expectativa y advertencia. La puerta principal se abrió. Era el señor Henderson.



El sonido de las llaves en la cerradura hizo que el corazón de Will, en el cuerpo de la señora Henderson, diera un vuelco. El Nuevo Will lo miró con una ceja levantada, una mezcla de advertencia y desafío en sus ojos de adolescente. "Recuerda lo que te dije", susurró, su voz grave pero firme. "Se besan al llegar. Tienes que actuar con normalidad. Solo piénsalo como parte del papel. Eres una mujer casada ahora."

La Nueva Señora Henderson asintió, su garganta de repente seca. La idea de un beso, aunque fuera un simple toque de labios, con el señor Henderson, era más que inquietante. Intentó convencerse a sí mismo de que era solo un acto, una parte del "juego" al que se habían visto forzados.

La puerta se abrió y el señor Henderson entró, un hombre de unos 40 años, bastante guapo y muy similar a su Hijo Gavin y con una sonrisa cansada pero cálida en su rostro. Dejó su maletín junto a la puerta y, como de costumbre, se dirigió directamente hacia donde "su esposa" estaba de pie.

"¡Hola, cariño!", dijo el señor Henderson, su voz suave y familiar. Se acercó a La Nueva Señora Henderson , quien se sintió incómodo, pero se esforzó por mantener la compostura. El señor Henderson se inclinó y sus labios se posaron suavemente sobre los de Will.

Para Will, el contacto fue un shock. Sus instintos le gritaban que retrocediera, que se alejara. Era un hombre besando a otro hombre, aunque uno estuviera en un cuerpo femenino. Sin embargo, las palabras de La autentica Barbara Henderson resonaron en su cabeza: piensa que eres una mujer, una casada, déjate llevar. Con un esfuerzo monumental, Will se obligó a permanecer inmóvil, sus labios respondiendo de una manera que esperaba que fuera convincente. El Nuevo Will observaba desde un rincón de la sala, su rostro un estudio de seriedad.

El beso fue breve, apenas un roce, pero para Will se sintió como una eternidad. El señor Henderson se separó con una sonrisa y entonces también le dio un casto beso en la frente. "Pareces un poco... ¿pensativa hoy, amor?", comentó el señor Henderson, su mirada cariñosa.

La Nueva Señora Henderson logró forzar una sonrisa, intentando que pareciera natural. "Solo un poco cansada, querido. Tuve una tarde... ocupada", respondió, su voz femenina sonando sorprendentemente normal, aunque con un ligero temblor apenas perceptible.

El señor Henderson no pareció notar nada inusual. "Entiendo. ¿Y dónde está Gavin? ¿Terminó el proyecto?"

La Nueva Señora Henderson vio a Gavin salir del baño, su cara aún pálida. "Sí, ya casi lo terminamos, papá", dijo Gavin, su voz un poco más aguda de lo normal.

Mientras el señor Henderson se dirigía a Gavin, el "nuevo Will" (la señora Henderson en el cuerpo de Will) se acercó a su antiguo cuerpo ahora ocupado por Will y dio un leve asentimiento de su cabeza en el rostro de Will/Sra. Henderson y fue la única señal de que había pasado la primera prueba. La farsa, por ahora, se mantenía en pie. Pero ambos sabían que esto era solo el comienzo de su nueva y extraña vida.

Una Cena Inesperada y una Observación Atenta

El "nuevo Will" (la señora Henderson en el cuerpo de Will), saludó al señor Henderson con la familiaridad de un amigo de la familia, aunque su voz de adolescente sonaba algo más grave de lo habitual. "Buenas noches, señor Henderson. Ya me iba, el proyecto con Gavin ya casi está listo."

El señor Henderson, relajado tras un día de trabajo, sonrió amablemente. "¡William, qué gusto verte! Hace mucho que no te veía ¿porque no quedas a cenar’.  Yo Después te llevo a casa, así no tienes que preocuparte por el camino. Solo avisa a tus padres."

La propuesta era una bendición disfrazada para El Nuevo Will. Quería, necesitaba, seguir observando de cerca a Will en su propio cuerpo. La farsa del beso había sido un éxito, pero una cena entera con su esposo, con Will actuando como ella, sería la prueba de fuego.

"Claro, señor Henderson, ¡me encantaría!", respondió El Nuevo Will con un entusiasmo fingido, ya sacando su teléfono para simular un mensaje a sus "padres". En realidad, le enviaba un mensaje silencioso a Gavin: Necesito que Will actúe de forma impecable. Vigílalo. Will no tenía problemas en llegar tarde ya que sus Padres siempre con mucho trabajo legaban a altas horas de la noche y se iba muy temprano.


Navegando en la Cena Familiar

La cena se sirvió poco después, con La Nueva Señora Henderson moviéndose con una gracia innata en la cocina, gracias a las habilidades de su nuevo cuerpo. Gavin, por su parte, se sentó a la mesa, sintiendo el peso de la situación, con una mezcla de diversión y nerviosismo.

El señor Henderson, ajeno a todo, charlaba animadamente sobre su día. La Nueva Señora Henderson se esforzaba por mantener una conversación coherente y apropiada para  que no lo regañara la señora Henderson ahora en su cuerpo. Recordó las recomendaciones de su doble: Mantén el tono de voz que yo uso, gesticula con mis manos, sonríe en los momentos adecuados. Logró asentir, reír y hacer comentarios oportunos, copiando la forma en que la señora Henderson interactuaba con su esposo.

El Nuevo Will, sentada al lado de Gavin, observaba cada movimiento de Will. Si La Nueva Señora Henderson dudaba un momento, o si su lenguaje corporal se acercaba demasiado al de un adolescente, El Nuevo Will le lanzaba una mirada casi imperceptible, una advertencia. Una vez, La Nueva Señora Henderson estuvo a punto de servirse una segunda porción de pasta excesivamente grande, algo que la verdadera señora Henderson nunca haría. Una rápida y sutil patada de El Nuevo Will bajo la mesa lo detuvo a tiempo, y La Nueva Señora Henderson optó por una porción más comedida.

El señor Henderson no notó nada inusual. Estaba contento de tener a su esposa y a su hijo (y al amigo de su hijo) cenando juntos. Incluso le preguntó a "Will" (la señora Henderson en el cuerpo de Will) sobre sus estudios y sus planes para el futuro, a lo que ella respondió con evasivas generales, como cualquier adolescente despreocupado.

La cena transcurrió sin mayores incidentes, pero para La Nueva Señora Henderson , fue una montaña rusa emocional. Cada sonrisa forzada, cada asentimiento, cada respuesta medida, era un esfuerzo consciente. Se dio cuenta de que ser la señora Henderson no era solo cuestión de apariencia, sino de una compleja red de hábitos, gestos y expectativas. Y para El Nuevo Will, la observación la convenció aún más de que su plan de "entrenamiento" era absolutamente necesario. No podían permitirse ningún desliz.



Noche de Inquietud: La Conversación entre Gavin y su Nueva Madre

Después de la cena, el señor Henderson, ajeno a la extraña dinámica familiar que se desarrollaba bajo su techo, se ofreció a llevar a "Will" (la señora Henderson en el cuerpo de Will) a casa. El Nuevo Will se despidió con una mezcla de alivio y una leve sonrisa de satisfacción, sabiendo que la primera gran prueba había sido superada.

Una vez que la puerta se cerró y los sonidos del auto se desvanecieron, Gavin se volvió hacia su "nueva madre", Will en el cuerpo de la señora Henderson. El alivio en su rostro era palpable, pero también había una innegable aprensión.

"Will, ¿crees que podrás con esto?", preguntó Gavin, su voz apenas un susurro. "La cena fue... estuvo bien. Papá no notó nada. Pero... ¿qué hay de la noche? ¿De su vida íntima?"

La pregunta de Gavin golpeó a Will como una ráfaga de viento frío. Su rostro, el rostro de la señora Henderson, palideció notablemente. La cena había sido una prueba de habilidad y actuación, pero la noche... la intimidad marital era un territorio completamente desconocido y aterrador para él. La realidad de lo que implicaba "atender a su marido en todos los aspectos, incluyendo el romántico como hacer el amor" se le vino encima con una fuerza abrumadora.

"Yo... yo no sé nada de eso, Gavin", Will logró balbucear, su voz femenina temblorosa. "Yo soy... yo aún soy virgen." La confesión, dicha con el tono suave y maduro de la señora Henderson, sonaba extrañamente fuera de lugar, casi cómico en su desesperación.

Gavin sintió una punzada de incomodidad. Nunca en su vida se habría imaginado teniendo esta conversación con su madre, y mucho menos con su amigo en el cuerpo de su madre. La situación era a la vez surrealista y abrumadoramente real.

"No te preocupes", intentó consolar Gavin, aunque sus propias mejillas se tiñeron de rojo. "Tal vez papá... no lo sé. Tal vez solo se vaya a dormir. No tienes que... bueno, ya sabes." Él mismo no sabía cómo expresarlo sin sentirse completamente avergonzado.

Will se llevó una mano temblorosa a la boca. "Pero tu mamá dijo... dijo que tenía que atenderlo en todos los aspectos. Y no quiere que su matrimonio se arruine. ¿Y si él... insiste?" El pánico era evidente en su mirada.

El silencio se cernió sobre ellos. La situación era tan compleja que ni Gavin tenía una respuesta. Habían superado la cena, pero la noche prometía desafíos mucho más íntimos y personales



CONTINUARÁ


6 comentarios:

  1. Me hice bolas, esto es una traducción o es algo escrito por ti? Cualquiera que haya sido fue entretenido de leer

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    1. Si leíste las primeras partes terminan de una manera muy abrupta, así que comente que si querían una secuela escrita por mi la haría

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  2. me gusto pero algunas partes me perdi un poco.

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    1. Me puedes decir ¿donde?, quizá pueda pulir algo la redacción

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  3. Como continuación esta bastante genial, quiero ver más!

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